20 NOVIEMBRE, 2018
Los CDR refuerzan sus reivindicaciones con actos de violencia.

 

“Expuestos al abismo, por no decir arrojados, por un “puñao” que desprecian a aquellos más abnegados”.

Hace unos días, nos sorprendía la noticia (y no para lo grato) de que varias fuerzas políticas (de cuyo nombre no quiero acordarme), habían propuesto al Gobierno Central una reforma legislativa de la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal en la que, entre otras medidas, se contempla de manera expresa la despenalización de las INJURIAS, CALUMNIAS Y AMENAZAS GRAVES a las Fuerzas de Seguridad públicas, así como a las Fuerzas Armadas, contempladas en la actualidad en el Art. 504 de la citada Ley Orgánica.

Parece que en tiempos en los que la política de trinchera, consciente de que ha perdido la poca honorabilidad que le quedaba, pretende que el totalitario, transgresor, infractor, delincuente o persona poco afín a los valores que defendemos y representamos la POLICÍA en una democracia moderna, se pueda permitir el lujo de forma gratuita, con temerario desprecio a la verdad y sin necesidad de resguardarse en las masas o bajo un seudónimo en Internet, gritar a los cuatro vientos cuán desprecio siente por nosotros, por nuestras vidas, cuánto mal nos desea y en qué consiste ese mal venidero que nos acecha y cómo no, cuántos delitos hayamos cometido en el albor de nuestras funciones sin necesidad de probarlos, y todo esto a coste cero.

Mucho más económica que los 70.000 euros de multa (según han publicado diferentes medios de comunicación) que deberá abonar el responsable del poema machista del cual es objeto la Sra. Irene Montero/a, Diputada al Congreso/a por Madrid, como consecuencia de lesionar su integridad moral por las expresiones y opiniones emitidas en un poema publicado en 2017.

Precisamente el grupo político de la Sra. Montero/a es el principal impulsor para la modificación del Código Penal argumentando que el artículo 504 colisiona frontalmente con la libertad de expresión.

La misma libertad de expresión a la que apelamos desde POLITEIA para enaltecer el orgullo de ser POLICÍAS, servidores públicos que aun a pesar del riesgo de nuestro oficio en los momentos que vivimos, de la precariedad de nuestras administraciones y de vivir los momentos más convulsos en la historia de nuestra democracia, salimos a las calles de pueblos, ciudades y zonas rurales para dar lo mejor de nosotros. Hombres y mujeres que no han cejado en su empeño de luchar por su propósito, el de velar y proteger los derechos y las libertades públicas de todos (incluso de quien nos injuria, veja o amenaza).

Desde POLITEIA queremos expresar nuestra más firme repulsa por la mera propuesta del texto legal en cuestión.

Encontramos en ella una maniobra carente de toda moralidad y más propia de tiempos pretéritos y latitudes afortunadamente muy alejadas a la nuestra, amén de un riesgo para la seguridad jurídica de los POLICÍAS de este nuestro país.

A algunos se les llena la boca de la palabra derechos cuando en realidad quieren decir complejos. Nosotr@s con la cabeza bien alta y a lo nuestro, que es servir y proteger.

”Los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna”. Honoré de Balzac

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